Pacing

En sus orígenes, las medidas tenían una referencia concreta o corporal: las palabras como pulgada, pie, yarda o kilo hacían referencia a objetos o partes del cuerpo que se utilizaban como norma para cuantificar la distancia o el peso. Utilizar nuestros propios pasos para establecer una ruta entre dos puntos es una especie de cartografía sentimental, un acto que nos recuerda a nuestra manera de representar el mundo en relación a una experiencia sensorial. Es también una práctica habitual de planeamiento intuitivo en urbanismo y también de una especie de manera neurótica de comportarse. En Pacing, Francis Alÿs dibujó figuras invisibles en espacios públicos como si de una suerte de arquitectura imaginaria se tratase. Pero como el acto en sí mismo no contiene ningún objetivo, esta manera de “caminar por números” es una de las muchas formas en las que Alÿs expresa la cualidad física de caminar mediante la definición de tareas sencillas y específicas, las cuales, sin embargo, tienen una cierta relevancia histórica y numerosas implicaciones culturales. Tras el 11 de septiembre su deambulación sin rumbo por las sombrías calles del centro de Manhattan le consoló un poco, ya que como había indicado en sus apuntes una década antes: “Mientras esté caminando, no estaré pensando”.