Les nostres recomanacions i propostes

Esta primera novela de la autora es un viaje hecho a medida: con detalles, olores y texturas que hacen que las palabras sobre el papel se transformen en imágenes retransmitidas en directo.

La semilla de Polilla nace quince años atrás, cuando un viaje a Bosnia la llevó a investigar una red de tráfico de mujeres en un país que había salido de una guerra que marcó y reconfiguró todos los Balcanes desde el punto de vista político y social.

¿Cómo una novela puede contener un reportaje periodístico y una autobiografía sincera que se abrazan constantemente? Alba Muñoz teje una simbiosis perfecta entre una historia de deseo y pasión con Darko –el chico bosnio que conoce en aquel viaje–, la complejidad del vínculo con su padre, y un reportaje que la lleva no solo a investigar el tráfico de mujeres sino también a descubrirse ella misma ante una hoja en blanco.

Es imposible no empatizar con las mujeres que de alguna manera se convierten en las heroínas de este libro. Fadila y Nikolina están retratadas y descritas al milímetro desde la mirada de la escritora; no solo las imaginamos, sino que también compartimos escenas con ellas: tomamos un café con Fadila, vamos a casas secretas de protección de víctimas de tráfico y sentimos rabia cuando explican su historia.

De manera sutil y aseada, Alba Muñoz nos acerca a sus espacios no domesticados. Polilla nos adentra a la realidad de Bosnia, pero, sobre todo, a las escenas familiares de la autora.

Gemma Clarasó