Les nostres recomanacions i propostes

Cómo se agradece entre tanto thriller, tanto psicópata y tanta exageración encontrar una buen historia oscura, de personajes reconocibles. Eso es Piel quemada, una novela que recuerda lo mejor la tradición literaria criminal norteamericana (con alusiones al gran James M. Cain). Una mujer joven abandona a su marido y a su hija y se pierde en un pequeño pueblo del estado de Delaware. Un pueblo a cuyos habitantes les gusta meterse en la vida de los demás.

La protagonista conoce a un hombre misterioso en la insignificante localidad y la narración irá optando por centrar su punto de vista en uno y en la otra para ganar en complejidad y desentrañar los motivos del comportamiento de ambos y desvelar los peligros que les amenazan.

Todos los personajes de la novela tienen sus momentos de esplendor y sus bajezas. Muchos guardan secretos que poco a poco el lector va conociendo (hasta cierto punto). Pero todos ellos, a pesar de sus miserias, son muy parecidos a nosotros, buscando su identidad en pequeñas comodidades o ritos cotidianos banales (el sexo y el amor entre ellos).

Uno de los hilos conductores de la trama es el de la desconfianza. Los personajes principales se ven obligados a confiar el uno en el otro íntimamente si quieren salir adelante, pero son seres recelosos por experiencia y ello crea una de las tensiones de la novela. El que los planes no les salgan como tienen previsto debido al miedo paralizante que les impide sincerarse, miedo a perder a la persona amada, es otro de los alicientes de Piel quemada.

La fuerza de los principales protagonistas y el buen trazo de los secundarios, y la descripción del ansia por satisfacer las ambiciones, sean mundanas o elevadas, convierten esta novela en lo mejor de la producción negra de este año. Ágil, entretenida y con una sólida historia.