Les nostres recomanacions i propostes

El siglo pasado, Foucault se preguntaba: «dado el régimen contemporáneo del ser, ¿qué puedo ser?». Es como si las obras de Lucía Carballal hubiesen aceptado el reto de responder a esta pregunta, que no es sino la pregunta por la libertad, pero no en el orden de las cosas de las que podemos escribir como si las palabras no fuesen más que un instrumento, sino en ese otro plano en el que éstas se fragmentan y construyen una respuesta que apela directamente al cuerpo. En las obras de Carballal, esa respuesta cobra forma de fisura y se manifiesta a través del vacío. Cada obra abre un vacío singular que forma parte de un vacío rizomático que recorre toda la obra, un vacío en el que el sentido está tan condensado que se quiebra, y nosotres nos quebramos en él.
 
A través de unos diálogos que ponen el foco en lo relacional, acompañamos a los personajes en esos entres que permiten a Carballal explorar la complejidad de la identidad y las relaciones humanas que se manifiestan en unos tiempos y unos espacios cruzados y fragmentados. Con este juego entre la presencia y la ausencia, nos dejamos atravesar por la espera del padre ausente pero presente como única esperanza de recomponer la identidad,  por la madre que aprende ruso en los descansos del trabajo para entender el lenguaje que ha creado su hija con la persona que la cuida en su ausencia, por dos conversaciones de pareja en las que la narrativa de ellas choca con la reflejada en las obras de ellos o por la materialidad de la amiga que ha muerto pero cuyas últimas voluntades arrojan a tres mujeres a un juego que implica revisar su pasado para decidir quiénes son en el presente.
 
En este espejo entre el yo y le otre, entre el pasado y el futuro, entre los distintos planos de realidad y ficción, Carballal nos arrastra hacia nuestras propias fisuras, quebrándonos y, al mismo tiempo, recogiéndonos en esas heridas colectivas pero al mismo tiempo irreductiblemente íntimas.