Vestigios y palabras

El trabajo arqueológico obedece a pautas metodológicas precisas, a criterios científicos que persiguen el incremento del conocimiento; ello nada tiene que ver con los saqueadores, ni con la actividad de quienes circulan por ahí buscando en sus ratos libres objetos sueltos con los que completar una colección particular. Esta no es sólo la opinión de los autores del presente libro, sino que es la des legislador, siendo esta postura reafirmada a raíz de la Ley del Patrimonio Histórico Español de 1985, cuando la misma ha recibido un potente espaldarazo normativo llamado a desterrar definitivamente del concepto de Arqueología cualquier intervención que no se ajuste a criterios científicos y, a reservar el régimen jurídico del patrimonio arqueológico a los frutos de dicha actividad, Un patrimonio que está llamado en última instancia, tras haber sido documentado y estudiado, a ser objeto de fruición colectiva, a ser conocido y comprendido por la ciudadanía, que tiene derecho a acceder a él y a conocer su significado.