Les nostres recomanacions i propostes

En su texto "Informe para una academia", Kafka narra la historia de un simio, Pedro el Rojo,  que fue capturado por los humanos, que le dieron a elegir entre morir en una jaula o aprender a ser un hombre. El simio elige la jaula humana, y desde ella, a través del lenguaje de esos otros que ahora es el suyo, se dirige a una academia de científicos para hablarles sobre su experiencia con lo humano.
Paul B. Preciado es como Pedro el Rojo, un filósofo mutante, un experimento teórico-somático, un habitante del cruce, un monstruo, en definitiva. Y es desde esa posición de cuerpo monstruoso, de cuerpo no binario desde donde Preciado se constituye como sujeto epistemológico que construye un pensamiento necesariamente rizomático, donde tras la multiplicidad no encontraremos una unidad originaria sino más multiplicidad. Y desde ahí Preciado no pide la libertad, sino que la fabrica haciendo visible, o conceptualizando, que al fin y al cabo es lo mismo, las jaulas en las que el patriarcado colonial y binario nos encierra.
Con él, recorremos el capitalismo farmacopornográfico y sus grietas, presenciamos su proceso de administración de testogel, descubrimos dildotectónica y su deformación del sistema sexo/género y aprendemos a masturbar un dildo-cabeza o a fingir un orgasmo como parte de una resistencia contrasexual al sistema capitalista heterocentrado. Pero sobre todo nos hacemos, con él, sujetos monstruosos de conocimiento y experimentación somatopolítica porque todes vivimos en una jaula, pero al menos desde nuestra condición monstruosa podemos elegir en qué jaula entrar y podemos hacerlo por nuestro propio pie.