Les nostres recomanacions i propostes

Apenas oímos una vez el nombre de la protagonista de esta novela, corta y afilada como una navaja, porque podría ser cualquiera de las diez mil personas que abortaron de forma clandestina en la Rumanía de entre los años sesenta y ochenta. Bajo su dictadura, Nicolae Ceaușescu estableció estrictas medidas con el fin de aumentar la población del país (de veintitrés a treinta millones en treinta años): prohibición de los anticonceptivos, aumento de los impuestos a las parejas sin hijos de más de veinticinco años y a las familias de menos de cinco hijos, cero educación sexual («¿puede una quedarse embarazada por besar a un hombre?»), control exhaustivo de los días del ciclo desde las fábricas (la llamada policía menstrual) y, por supuesto, la ilegalidad del aborto.

Corina Sabău teje una red de voces y sonidos que nos transportan desde la cotidianidad de una cocina familiar de la época –con sus canciones infantiles, anuncios en la radio, vinilos de David Bowie conseguidos por enchufe, los gritos de un marido abusivo–, hasta llegar al explícito «lo que sea que mane de mi cuerpo cae ruidosamente en el cubo».

Y se oía a los grillos cantar subraya el silencio que ha envuelto desde siempre las interrupciones voluntarias del embarazo –tanto las ilegales como las que no lo son–, y no solo nos recuerda lo que ocurrió en un país concreto en el pasado, sino que ayuda a mantener la llama de una conversación que, por más ficticia que pueda parecer, sigue siendo de la más rabiosa actualidad.