Les nostres recomanacions i propostes

De padre francés y madre surcoreana, Elisa Shua Dusapin recuerda su infancia y su educación como un proceso marcado por dos culturas. Hecho que funciona como espina dorsal de esta historia.
Con la llegada del verano, Claire va a Tokio para visitar a sus abuelos y acompañarlos en un viaje de vuelta a su Corea natal, de donde marcharon al estallar la guerra civil y a donde nunca han regresado. Una vez allí, se siente una extraña. Los recuerdos de su infancia adquieren un tinte agridulce y la distancia generacional y el idioma le separan de sus abuelos: su abuela se niega a hablar en japonés, pero ella ha olvidado el coreano. Mientras tanto, cuidará de una niña japonesa, Mieko, a la que enseña francés, que es para nuestra protagonista su primer idioma. “El coreano se me fue olvidando a medida que fui aprendiendo francés”.
Esta es una novela breve y sutil, tremendamente evocadora, que está cargada de temas tan complejos como las relaciones familiares y las barreras que, en ocasiones, nos alejan unas de otras o la migración y sus consecuencias entre generaciones. Aparentemente sencilla, se trata de una historia tan dulce como desgarradora y que rezuma, a partes iguales, soledad y ternura. El desarraigo que sienten los personajes es como un silencio que nos cae ensordecedoramente página a página, pero, aun así, acompañar a Claire en este viaje y, asimismo, conocer a sus abuelos, a Mieko y a su madre, se siente como un aliento cálido en la mejilla.