Les nostres recomanacions i propostes

Nicholas Bonner, coleccionista de arte norcoreano, nos trae, con esta preciosa selección, una compilación de obras de diversos autores entre los que participaron en la Trienal de Arte de 2004 en Australia, la primera en la que el norte de la península coreana tuvo permitido exponer aunque no asistir.

Esta selección de pintura y cartelismo en linóleo y sobre madera nos muestra, con una visión ideológica juche y una intención propagandística, la vida del día a día en el país desde los años cincuenta hasta el presente.

En la mayoría de las escenas vemos trabajadorxs del hierro agrupadxs, felices, costurerxs, granjerxs, campesinxs y maestrxs y largas y bucólicas extensiones de tierra cultivada. Precisamente, estas imágenes se han ido representado a lo largo de la historia del país en temporadas de especial hambruna y pobreza para alentar y convencer a la población de que un futuro próspero, tecnológico, pionero y juche era posible.

Desde el punto de vista estético, destaca el uso del color delicadamente escogido en cada obra: el rojo es recurrente, representando al país, los colores vivos, el azul, blanco, amarillo y verde en pintura paisajística y el rojo, gris y negro cuando se escenifica el trabajo en las fábricas, la forja de acero o algún acto revolucionario. También están presentes los eslóganes políticos como «Preservemos la bella tierra coreana» o «Heroínas invisibles» que reafirman el compromiso del arte con el partido.

Finalmente, me gustaría mencionar la importancia que tiene esta compilación de arte norcoreano dentro y fuera del país que, aunque prohíbe el influjo de información saliente y entrante, nos ha dejado un pequeño hueco para acercarnos humanamente a sus bellas expresiones artísticas.