Cartas a los años de nostalgia
Cartas a los años de nostalgia
Cartas a los años de nostalgia es, así, una recapitulación y un recorrido nuevo: la omnipresencia del Hermano Gii, que inicia a un jovencísimo Kenzaburo en la poesía de Occidente y que acaba convirtiéndole en el Virgilio de esta nueva interpretación de La Divina Comedia -ya que Dante es a esta novela lo que Homero al Ulises de Joyce-, de esta lírica memoria que incluye la bomba atómica; los años de estudiante en Tokio, cuando siendo poco más que un adolescente se convirtió en una celebridad nacional por el premio Akutagawa concedido a su relato La presa; la boda y el nacimiento de su hijo «monstruoso», Hikari, que ocupará un lugar central en la vida y la obra del futuro premio Nobel; el viaje a México, tras las huellas de su admirado Malcolm Lowry, el autor de Bajo el volcán; la grotesca relación con su madre, que no le perdona el no haber vuelto a vivir a su isla y se níega a aclararle la verdad sobre la muerte de su padre; en fin, la visión sesgada sobre los dudosos privilegios que entraña la consagración literaria. La dulzura y la violencia que conviven en la voz de un hombre que se ha visto obligado a buscar lo sublime en lo deletéreo, a elevar a lo celestial no sólo las experiencias terrenales, sino también las infernales.
Para quien conozca las obras de Kenzaburo Oé, Cartas a los años de nostalgia le deparará una cadena de claves para revisar en la memoria los significados más evidentes y los más recónditos de aquellas narraciones; quien lo lea por primera vez encontrará en esta novela autobiográfica un esplendoroso pórtico de entrada al conocimiento del más importante escritor vivo en Japón, y uno de los autores esenciales del síglo XX.