Dos personajes, dos supervivientes de
1974, la primera novela del
Red Riding Quartet, se encuentran en la segunda,
1977: el periodista Jack Whitehead, que lleva bebiendo unos cuarenta años y que, tras un tiempo de ausencia, se reincorpora a las páginas de sucesos del
Yorkshire Post; y el sargento Bob Fraser, a quienes sus compañeros llaman
Don Limpio a pesar de que les consta que no es fiel a su mujer y que no se arredra en los brutales interrogatorios. A ambos les une la investigación de una serie de atroces asesinatos de prostitutas, obra de un nuevo
Jack el Destripador al que tal vez se le estén atribuyendo más crímenes de los que ha cometido. Al periodista y al policía les une también un amor secreto, trágico, por las prostitutas.
Estamos en 1977 y, mientras se celebran los 25 Años de reinado de Isabel de Inglaterra, en Yorkshire los crímenes no se interrumpen. Proxenetismo, violencia racial, pornografía, falsificación de pruebas: éstos parecen ser los intereses primordiales de la policía. La imagen principal de 1977 es el infierno. David Peace emplaza en él a los hombres que aún piensan (o recuerdan, o imaginan) que se pueden salvar. Una novela que confirma el talento y el estilo vertiginoso de un nuevo maestro del género negro.