Les nostres recomanacions i propostes

Una cosa que hay que tener en cuenta cuando uno tiene en sus manos un libro de Tránsito es que no se va a encontrar con una narración cualquiera. Nadie sale de su lectura indiferente. No se encuentra uno antes voces anodinas ni historias plácidas o personajes planos. No, uno se revuelve, para bien o para mal, después de cerrar el libro. Así pasa con Tres Truenos, porque después del rayo (el libro) sobre su digestión cae el trueno: a esa luz y a ese estruendo hay que exponerse, sin importar el resultado.
 
Marina Closs nos presenta tres relatos que giran en torno a tres mujeres y sus anhelos y los prejuicios en torno a ellos y a las imposiciones de un mundo de hombres y su moralidad absurda. Del deseo, sí, de ser sin más una, no una madre o una esposa, o una mujer decente, sino una, en regocijo con sus propios deseos, tan censurados por la tradición, la pobreza o la cultura machista.
 
No, no,  son estos discursos cómodos ni complacientes; ofenden y duelen porque hay una suerte de morbo, una suerte de juego de resistencia. ¿Quién aguantará más corriendo sobre esta rueda que en uno de sus filos corta en busca de libertad? Hay un hilo que se tensa (y está por romperse) en torno a estas tres historias: el hilo de la cicatriz, del hijo no deseado y maldito; el hilo de coser con el que se quiere asfixiar en puro placer; el hilo del cabello ofrecido con amor y con paciencia a la espera del amor prometido. Un hilo de una mujer que aguarda y, en todos los casos, quiere libertad para ser o sentir. A su manera ellas lo consiguen pero será pagando un precio...
 
Closs nos trae así mujeres que no son heroínas, o que si lo fueran lo serían como Ofelias arrojadas a la locura de la verdad, auténticas. El estilo de su escritura seduce, mezcla sencillez con viveza oral  y añade toques rudos y poéticos en unos relatos que más que de hablar tienen ganas de ser escuchados. Escuchen, señores y señoras, siéntense a conocer a Vera Pepa, Demut y Adriana.