Magnetizado

Magnetizado
A lo largo de una fantasmal semana de septiembre de 1982, se sucedieron en Buenos Aires cuatro asesinatos nocturnos, sobrios en el despliegue y curiosamente idénticos, a tal punto que se podría pensar en un mismo asesinato repetido cuatro veces.
La policía buscó al asesino durante casi un mes, de manera tan intensa como inútil. Finalmente resultó ser un postadolescente de diecinueve años. Un muchacho raro y taciturno que, ya detenido, admitió los crímenes y los describió en detalle sin mostrar emoción alguna. No decía incoherencias, no deliraba, no daba la impresión de estar loco. Sin embargo, el acto mismo era lo loco. Los cuatro asesinatos eran tan específicos como carentes de motivo. No había ninguna razón ni secuencia lógica deducible que llevara a las muertes...