Todo hombre necesita un poco de locura

an Fabre es uno de los artistas internacionales de mayor proyección, con una obra que va desde las instalaciones al teatro, del performance a las coreografías, con un universo inquietante (en el sentido freudiano) y seductor. Desde hace varias décadas ha ido forjando su imaginario en el que pueden aparecer desde insectos forrando objetos o espacios hasta provocadoras alegorías religiosas, con un alusión permanente a la dimensión del sujeto y al presencia de su propia corporalidad. Fabre ha indicado que el cerebro es la parte "más sexy" del ser humano lo que no le ha llevado hacia la desmaterialización conceptual sino a una formalización en la que cabe lo anómalo, lo visceral o incluso lo provocador. Con exposiciones en los museos más importantes del mundo y presentaciones de sus obras de teatro y coreografías en los teatros decisivos y en los mejores festivales, Fabre se ha labrado una leyenda de "artista metamórfico", capaz de trabajar de forma incansable, ajeno a las modas y capaz de ir más allá de la banalización imperante.