Sócrates: el enigma de enseñar

Éste es un libro sobre Sócrates y algunos entre los infinitos Sócrates que habitan el campo filosófico. Surgirá tal vez en la travesía otro Sócrates. Será un nombre para pensar la dimensión política de la filosofía en su proyección educacional. El problema puede leerse en los términos más amplios de los sentidos políticos de una educación filosófica o en los más específicos del valor político de enseñar y aprender filosofía. En todo caso, lo que interesa es el espacio político que se dibuja entre el pensamiento de alguien que se dice profesor, o se sitúa con la pretensión de enseñar, y otro que se dice estudiante, y es situado en la posición de quien aprende. ¿Qué política del pensamiento se afirma para quienes entran en esa relación? No importa lo que unos y otros piensan sobre la política, sino qué ejercicio del poder es abierto, propiciado, ejercido, en esa relación. En otros términos, cuando alguien dice enseñar filosofía, o se propone establecer una relación pedagógica bajo ese nombre, ¿qué fuerzas dispone para pensar? ¿Qué potencias desencadena en el pensamiento? ¿Qué espacios clausura? ¿Qué relaciones propicia? ¿Cómo y para qué ejerce el poder de pensar? Sócrates y sus lectores serán nombres para pensar estas preguntas. Como sugiere Maurice Merleau-Ponty en su Elogio de la filosofía, hay que repetir el gesto de vérselas con Sócrates. Cara a cara. También en la repetición de ese gesto y en una manera de darle vida se juega una política del pensamiento.