El sexo de los modernos. Pensamiento de lo Neutro y teoría de gén
El sexo de los modernos. Pensamiento de lo Neutro y teoría de gén
El trabajo de este libro consiste pues en desenredar con paciencia el entrelazamiento de los discursos, los significantes y las referencias que mantienen en pie la noción tan compleja de género. Para ello, el autor procede a una suerte de confrontación de la aventura americana de los gender con la biblioteca francesa que había constituido sus condiciones de posibilidad, lo que llamaremos en un primer momento la Modernidad, es decir la generación que, desde mediados de la década de 1950 hasta los años ochenta, participó en la aventura estructuralista y posestructuralista, y lo que el autor llama en un segundo momento, de manera más limitada, el pensamiento de lo Neutro.
Como ya se habrá comprendido, este libro es tanto la historia de un concepto americano (gender) como una microhistoria del pensamiento francés a través de algunos nombres que se han citado.
Ese es el segundo hilo de este libro. El pensamiento de lo Neutro. Lo que en la Modernidad se invistió específicamente en una aventura muy próxima a los gender y que es muy opuesta a ellos, la de una deconstrucción radical del dispositivo de la sexualidad, bajo la figura de lo Neutro.
¿Qué mejor concepto, en efecto, que el de lo Neutro para desbaratar la oposición de lo masculino y lo femenino, ya se la llame grado cero con Barthes, extraser con Deleuze o diferancia con Derrida?
Lo esencial de esta reflexión sobre el género se apoya en la obra de Judith Butler, aun cuando se haga en la medida de lo posible referencia a otros actores de esa historia,
Para el autor, todo comienza ahí. Y todo comienza con una paradoja fecunda. ¿Por qué decidió Butler sostener un pensamiento del género esencialmente sociológico o psicosociológico, nutrido de pragmática y filosofía analítica, mediante un imponente arsenal teórico profundamente diferente, cuando no antagónico, y que en la Francia de la década de 1970 recibió el nombre de la Teoría?
Toda la segunda parte, titulada “El sexo travestido”, está constituida en primer lugar por un (imposible) diálogo entre la drag queen butleriana y el travesti barthesiano o deleuziano, y luego por una aventura particular, la gran aventura de Divine, la Divine de Butler y sobre todo la Divine de Genet, leída por Sartre, leída por Derrida, una Divine a quien asedia la sombra determinante de Lacan, luminoso pensador de lo que asocia y disocia a la “mujer” y el travesti, y para terminar, por el surgimiento de una figura que, a través de Butler, se ha llamado el travesti lesbiano.
La tercera parte de este libro explora el pensamiento de lo Neutro, es decir, en esencia, los grandes corpus constituidos por las obras de Barthes, Deleuze y Jacques Derrida.
Las últimas páginas se abren con la empresa de liquidación minuciosa, metódica y resuelta de Foucault por Judith Butler, en torno del caso de Herculine Barbin, el caso de un hermafrodita. Ese es el punto de partida de una reflexión final sobre los gender y sobre la propia Butler.
Al querer hacer que Foucault aparezca como obsoleto con respecto a su propio pensamiento, Butler completa su largo rodeo por Europa, una Europa que terminó por ir hacia ella. El
hecho de que la dificultad que Butler ubica en la herencia de Foucault sea el hermafrodita tiene series consecuencias, sobre todo porque con esta última figura se abre un nuevo cuestionamiento cuya piedra del escándalo era el punto ciego y persistente del hermafrodita foucaultiano: se lo llama transexual, transgénero o más justamente trans, convertido en la nueva figura polémica pero aparentemente insuperable de los LGBT+.
Algo se interrumpe, como sucede cada vez que un pensamiento ve, en lo nuevo a lo que aspiraba con locura, la vuelta del espectro de lo que había creído conjurar. El espectro del “verdadero sexo”, el espectro de la disputa entre sexo y verdad, disputa entre sexo como órgano y sexo como identidad, como imagen y como real, que el fenómeno trans resucita.