Paysages d´un exile

¿Qué tienen en común todos los exilios, empezando por el primero, el de Ulises, que demoró veinte años en regresar a su isla tras la guerra de Troya? Tal vez una sensación de irrealidad. Apegados como estamos a unos contornos, unas voces, unos sueños, nos vemos de pronto lejos de ella, y debemos aprender a mirar de nuevo, y a oír. Las fotos de Rif Spahni ilustran esa irrealidad con apariencia de alucinación en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf, en el sureste de Argelia. Allí, un lugar provisional que se ha convertido en hogar de varias generaciones, el tiempo se ha detenido. Nada parece avanzar, nada parece capaz de concretarse. Es una ilusión, la misma que han vivido todos los que en algún momento se han tenido que ir de su tierra porque esta era ocupada o gobernada por otros. El desierto es el mismo, pero aquí han tenido que aprender el nombre de cada oasis, montículo y pozo. En su tierra, el paisaje era una geografía personal, aquí no hay referencias, o las que hay son provisionales incluso para que los que han nacido en estas tiendas de acogida. Todo está a la espera de que un día los campamentos se levanten y de este desierto solo quede la memoria del exilio. Firmado y numerado.