Las huellas del sol
Las huellas del sol
Walter Tevis, autor de Sinsonte y El buscavidas, demuestra su capacidad de combinar distopía y humor en unas novelas que retratan lo peor de nuestro mundo.
Año 2063. Los recursos de la Tierra se están agotando. Todas las expediciones espaciales en busca de nuevos combustibles han fracasado, China es una potencia global, Estados Unidos agoniza en manos de la mafia, y la gente se muere de frío en el centro de Manhattan. El magnate estadounidense Ben Belson es uno de los hombres más ricos del universo, un tipo inmaduro y presuntuoso que necesita demostrarle al mundo que su padre se equivocó al subestimarlo. En un momento de crisis, decide hacer acopio del poco uranio que queda en la Tierra, compra una nave y pone rumbo a un planeta que inmediatamente bautiza con su propio nombre y en el que crece un tipo de hierba inteligente cuyo canto enerva los sentidos. Las misiones siderales están prohibidas desde hace tiempo, pero él se ha acostumbrado a salirse con la suya y, con la excusa de encontrar una respuesta a la crisis energética, se lanza al vacío del espacio para superar su vacío existencial. Así, lo que empieza siendo una excentricidad más acaba convirtiéndose en la expedición del siglo. De repente, el futuro de la humanidad está en sus manos, aunque, en realidad, él solo quisiera despejarse un poco.
CRÍTICA
«Una novela absolutamente exquisita.» —Newsweek
«Tevis atrapa al lector y no lo suelta.» —The Washington Post
«Una muestra de ciencia ficción suave y envolvente.» —Kirkus Reviews
«Pocos novelistas han escrito sobre el genio —y la adicción— con tanta agudeza como Walter Tevis.» —The Telegraph
«Tevis tiene un don para la caracterización vívida y la narración propulsiva.» —Tobias Wolff
«Una hermosa muestra de lo que la ciencia ficción, y solo la ciencia ficción, puede hacer.» —Postcards from a Dying World
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Walter Tevis
Las huellas del sol
Per Amatulláh Hussein
¿Qué puede querer uno de los hombres más ricos del planeta? Algo universal, ir más lejos. En un panorama no tan fantasioso, el mundo en el 2063 necesita un nuevo combustible, hace años que los ciudadanos mueren de frío en sus pisos por no poder encender la calefacción, y la ciudad de Nueva York no está habituada a eso.