España, aparta de mí este cáliz
España, aparta de mí este cáliz
En 1939, la azarosa publicación de España aparta de mí este cáliz aglutinó a cuatro figuras eminentes de la cultura hispana: un pintor, Pablo Picasso, y tres poetas: César Vallejo, autor del poemario, Juan Larrea, prologuista del libro, y Manuel Altolaguirre, responsable de la edición, que fue impresa en el monasterio de Montserrat días antes del final de la Guerra Civil. Larrea relata así los prolegómenos: «Picasso no conocía a Vallejo. Apenas se produjo la muerte de César, me reuní, una larga tarde, con el pintor y le leí un buen puñado de versos vallejianos. Picasso, profunda y visiblemente emocionado, exclamó: “A éste sí que le hago el retrato”». En un discreto segundo plano, Georgette, viuda del poeta, dio los pasos iniciales para que los poemas vieran la luz. El Gobierno de la Generalitat había convertido el monasterio de Montserrat en Hospital del Ejército del Este y Unidad de Imprentas. Su taller, creado a finales del s. XV por discípulos directos de Gutenberg, quedó entonces bajo la dirección de Manuel Altolaguirre. Allí imprimió, con ayuda de tipógrafos y soldados del frente de Aragón, su colección Ediciones Literarias del Comisariado del Ejército del Este, a la que pertenecen, además del volumen de Vallejo, los de Pablo Neruda, España en el corazón. Himno a las glorias del Pueblo; Emilio Prados, Cancionero menor de los combatientes; y, posiblemente, Poesías de la guerra, de Pedro Garfias, del que no se ha conservado ejemplar alguno. En sus memorias, Altolaguirre evoca el proceso de elaboración de uno de los títulos: «El papel que se fabricaba en ese molino era un papel precioso. Los trapos viejos triturados y blanqueados se transformaban en hojas blanquísimas de papel hilo con transparentes marcas de agua. Papel que salía hoja a hoja y que eran colgadas de los cordeles con los mismos ganchos con que las lavanderas cuelgan la ropa limpia. Producción limitada pero sorprendente. El Boletín del Cuerpo de Ejército y su suplemento literario fueron impresos en ese papel de lujo. También editamos varios libros. Entre ellos España en el corazón, de Pablo Neruda; como materia prima para ese libro se usaron banderas enemigas, chilabas de moros y uniformes de soldados italianos y alemanes.» El Comisariado de la Unidad de Propaganda del XI Cuerpo de Ejército del Este —que se ocupaba, entre otras cosas, de redactar, imprimir y repartir los periódicos y la propaganda a las distintas unidades del ejército— estaba integrado, junto a Manuel Altolaguirre y su esposa, Concha Méndez, por Antonio Sánchez Barbudo, Rafael Dieste, Juan Gil-Albert, Ramón Gaya, Arturo Cuadrado y Emilio Prados. En febrero de 1939, al ocupar el Monasterio, las tropas franquistas destruyeron todas las publicaciones republicanas. Nada se supo de España, aparta de mí este cáliz, hasta que Julio Vélez y Antonio Merino hallaron un ejemplar en la biblioteca de Montserrat e incluyeron un facsímil del mismo en su estudio España en César Vallejo (1984). Hoy, gracias a la iniciativa y diligencia de otro poeta, Alan Smith Soto, profesor de Literatura Española en Boston University y autor del epílogo que contextualiza el trabajo de Vallejo, Árdora pone a disposición de los lectores la primera edición facsimilar y exenta del legendario libro.
En el prólogo de España, aparta de mí este cáliz escribe Juan Larrea: "Enviado extraordinario de un mundo y de una raza extraña, César Vallejo [1892-1938] vino aquí, por lo pronto, a colmar su desmedida capacidad de dolor, a darse cuenta de hasta qué extremo occidente puede llegar el hombre a sentirse material y moralmente desdichado... Y he aquí que en una de las sacudidas de tan solitario y prolongado cuerpo a cuerpo y al cabo de muchos años de silencio lírico, se le rompe la arteria espiritual y realízase el milagro: la fuerza poética vuelve a hacerse en él y el Verbo, en inesperado sobresalto, mana a borbotones de su boca. Esto ha sucedido en el otoño de 1937 en que produjo un libro entero de poemas. Destaca entre ellos una serie dedicada al combate del pueblo español a la que tituló, como si ya se viera en los umbrales de la agonía: España, aparta de mí este cáliz..."